¿Por qué las parejas dejan de hacer el amor?
Es normal que con el paso de los años disminuya la frecuencia del contacto sexual en parejas de larga duración. ¿Pero esto a qué se debe? ¿Por qué las parejas dejan de hacer el amor? Son muchas las causas por las que las parejas dejan de hacer el amor. Sin embargo podemos agruparlas en dos grandes apartados para entender porque las parejas o los matrimonios bajan su frecuencia sexual con el tiempo:
1. Las hormonas
En primer lugar, hay que tener en cuenta cómo funciona la bioquímica del amor. Es importante saber que durante el periodo de enamoramiento existen una serie de hormonas que influyen en el proceso y ven disparado su funcionamiento; la dopamina, las endorfinas, la testosterona, la serotonina y la oxitocina.
Estas hormonas son las encargadas de que sientas euforia, deseo, placer, un gran apetito sexual y un sentimiento de bienestar y satisfacción. Todas estas sensaciones son las responsables de que comiences a construir un vínculo de apego y conexión emocional con la persona que estas conociendo.
Sin embargo, estas hormonas no pueden mantener ese nivel de funcionamiento por mucho tiempo.
Dicen los expertos que este cóctel bioquímico sólo dura como mínimo seis meses y como máximo, entre dos y cuatro años. Por lo que podemos decir que es normal que la atracción sexual y la pasión que sentimos al comienzo de la relación vaya disminuyendo poco a poco en intensidad con el paso de los años y ese sea uno de los motivos por los que las parejas dejan de hacer el amor con el tiempo.
2. La convivencia
En segundo lugar, estarían las experiencias derivadas de la propia convivencia. La vida no es una experiencia plana, está llena de altibajos y vaivenes.
Cuando decides dar el paso de convivir con tu pareja existen una serie de vivencias por las que vais a pasar tarde o temprano; las obligaciones, el estrés del día a día, la rutina, los extensos horarios de la jornada laboral, el nacimiento o el cuidado de un niño, los problemas, enfrentarse a una enfermedad o tener que tomar ciertos medicamentos, los cambios físicos, así como el inicio o el descubrimiento de diversas disfunciones sexuales, como sentir dolor durante las relaciones o presentar alguna dificultad para llegar al orgasmo pueden ser los responsables de que cada vez sea más difícil hacer el amor.
Cuando llevas varios años en una relación de pareja, lo normal es que la frecuencia de los encuentros sexuales descienda o bien que debido a diferentes circunstancias empieces a alternar periodos de mayor y menor actividad sexual.
¿Cuándo dejar de hacer el amor se convierte en un problema?
Esto empieza a ser un problema cuando, al menos un miembro de la pareja, empieza a sentirse insatisfecho con su vida sexual, empieza a preocuparse porque ya no logra coincidir con su pareja.
Con los años también ocurre, que empiezan a ser evidentes las diferencias en cuanto a las preferencias o los gustos sexuales de cada uno, y suele ser habitual el darse cuenta de que uno posee una libido más alta que el otro.
Cuando un miembro de la pareja quiere solucionar esto y el otro no, hablar de sexualidad se convierte en una tarea imposible, que se posterga día tras día, bien sea por vergüenza, bien sea porque terminan inmersos en una discusión o pelea.
¿Qué pasa cuando un miembro de la pareja tiene más apetito sexual?
Generalmente cuando un miembro de la pareja tiene más deseo, empieza a demandar mayor actividad sexual a su pareja, tomando un papel más activo en el inicio de las relaciones, insistiendo, insinuando, buscando el momento adecuado, persiguiendo a su pareja, hablando del tema, etc.
Si su demanda no es correspondida, empieza a sentir mucha frustración y enojo al sentir el rechazo permanente de su pareja.
Deja de sentirse querido, deseado y atractivo, afectando de esta forma a su autoestima, siente que no puede expresarse tal y como es, se ve incapaz de desarrollar todo su erotismo, su deseo, su pasión y empieza a sentirse desconectado de su pareja, al no poder compartir esta área de su vida.
También es normal que, si un miembro de la pareja es muy activo sexualmente y el otro no, se termine sintiendo como un adicto al sexo y ante el rechazo, empiece a sentir mucha vergüenza de expresar su deseo y opte por ocultar sus ganas.
¿Qué ocurre cuando un miembro de la pareja tiene menos apetito sexual?
Esta persona desarrolla una serie de hábitos para alejarse de su pareja con el único objetivo de evitar discusiones cada vez que lo rechaza.
Una conducta habitual es dejar de mostrar signos de cariño, besos y caricias para que la pareja no interprete estos acercamientos como intentos de iniciar una relación sexual, o bien conductas más extremas como inventarse excusas para dormir en otra habitación o dormir con los niños.
La realidad es que este miembro de la pareja se siente presionado, también siente mucha vergüenza, en ocasiones siente que no es lo suficientemente bueno para satisfacer los deseos de su pareja y su autoestima, por supuesto, también sufre.
¿Cuál es el error más grande que comete una pareja en esta situación?
El error más grande es no hablar de lo que está viviendo y sintiendo cada uno.
Sentirse incapaces de encontrar la forma de comunicarse con la pareja para enfrentar el asunto y buscar una solución satisfactoria para ambos.
Al principio pueden verse envueltos en discusiones y peleas por el tema. Esta etapa puede durar meses o años y dependerá de cada pareja, pero lo que sí es seguro es que con el paso del tiempo la pareja deja de hablar del tema y se alejan. Las parejas dejan de hacer el amor durante meses o años.
También es normal que dejen de acariciarse, tocarse y darse besos por lo que se anulan los mecanismos naturales (las hormonas que nombré más arriba) que refuerzan la conexión emocional con la pareja, renunciando a una vida sexual juntos.
Muchas veces sentimos vergüenza en pedir ayuda a un profesional y entonces creemos que el camino más fácil es evitar las relaciones sexuales.
¿Es posible recuperar la vida sexual en pareja?
Por supuesto, pero hay que ser consciente de que esto exige trabajo, dedicación y compromiso por parte de ambos miembros de la pareja.
Si la pareja tiene capacidad de dialogar y escuchar, teniendo en cuenta lo que siente cada uno, serán capaces de definir el problema y de encontrar una solución satisfactoria para ambos.
Cuando la pareja es incapaz de dialogar porque uno de ellos se niega a hablar del tema, se sienten muy incómodos o no saben cómo resolver esta situación juntos, entonces necesitarán acudir a terapia individual o de pareja, ya que un profesional será la mejor guía para ellos.
Hay personas que por su propia historia personal se sienten muy amenazadas a través del diálogo directo. Este es el motivo por el que muchas parejas fracasan en un proceso de terapia enfocada en mejorar las habilidades de comunicación como único recurso para resolver el conflicto.
Es importante saber que existen otros tipos de terapia psicológica/sexológica, que aportan otro tipo de recursos y herramientas a la pareja que les permitirán volver a establecer la conexión emocional para recuperar la confianza y la satisfacción sexual cuanto antes.